Convento Madre de Dios

Se funda en 1525, de la Orden de Santo Domingo, monjas dominicas de clausura. Obedece su fundación a un hecho premonitorio de inspiración divina, pues se observó, según Moreti, como docenas de palomas acudían constantemente a una pequeña laguna cerca del Puente Viejo, por eso se construyó en ese lugar dicho convento de esta Orden, cuyos hábitos son los mismos que el plumaje de las palomas que se veían.

Durante mucho tiempo esta institución religiosa apareció como uno de los cenobios más opulentos de nuestra ciudad, que reunía grandes rentas, además de un importante número de componentes que pasaban de cien.

Fue reformado en el siglo XVIII, para en el XX convertirse en Escuela. Actualmente permanece cerrado y sin uso alguno. Situado en el Barrio de Padre Jesús, sus edificaciones se agrupan en torno a dos patios, al primero se accede desde la calle a través de una portada de piedra, con un arco de medio punto entre pilastras, con la línea de impostas resaltada y rematada con frontón con pináculos y escudo de la orden dominica en el tímpano.

El segundo patio lleva galerías en sus cuatro frentes, con doble arquería, en el piso inferior con arcos de ladrillo de medio punto, enmarcados por alfiz, volteados sobre columnas dóricas de mármol, y en el piso superior arcos carpaneles, escarzanos sobre columnas dóricas, enmarcadas por alfiz.

Abundan los elementos mudéjares, junto con los góticos, isabelinos y renacentistas. Un friso corrido recorre el claustro decorado con lacería y enmarcado con ovas clásicas. Posee dos puertas de entradas a la salas capitulares muy interesantes.

Conserva una iglesia de una sola nave, cubierta con bóveda de medio cañón, que oculta armadura mudéjar de madera, con restos en el coro. Es muy interesante también el retablo de madera policromada, con estípites y columnas salomónicas decoradas con hojarasca y vides, de 1732.

La torre si sitúa a los pies, con base cuadrada y rematada en espadaña angular con arcos de medio punto.

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